Hablé con Darian Meacham, filósofo radicado en Bruselas y profesor en la Universidad de Maastricht. Más allá de su rol académico, Darian aporta una mirada aguda sobre el colapso moral que estamos atravesando. Hablamos de lo que significa vivir entre mundos —él como iraní-estadounidense criado en EE.UU.— y cómo esa impresión de exilio permanente le dio una perspectiva privilegiada para entender la crisis de nuestras democracias ante el genocidio en Gaza.
Darian explico que ya no hay debate serio sobre los hechos en Gaza. Se están asesinando niños, se usa el hambre como arma, y los gobiernos europeos no lo niegan más. No se trata solo de una crisis política, sino de una fractura ética. Para él, lo que estamos viendo es el derrumbe del proyecto europeo como proyecto moral.
Conversamos también sobre la impotencia ciudadana y el lugar que viene ocupando la cultura frente al vacío político. Desde artistas en festivales hasta parlamentarios gritando verdades en salas vacías, hay un grito compartido que se repite en todos los espacios: “Por el amor de Dios, hagan algo.” Y ese grito no es ideológico. Es humano.
No fue una charla fácil. Compartimos sentimientos de vergüenza, de furia, de culpa. Pero también reconocimos algo que se impone: el número creciente de personas que ya no pueden mirar para otro lado. Ese reconocimiento no alcanza. Llega tarde. Pero, como dijo Darian, es algo. Y por ahora, ese algo es lo que nos sigue moviendo.
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